Foto 1.- Momento de la conversación con Cayetano J. Solana, en el Ayuntamiento de Villaescusa
El próximo mes de julio, el día 6 en concreto, tendrá lugar, en la localidad conquense de Villaescusa de Haro, un concierto del ensamble The Labyrinth of Voices, dirigido por Miguel A. García Cañamero. Con la celebración de este concierto, que será muy especial, como veremos a lo largo de estas líneas, se pone un perfecto broche dorado a un proyecto cultural que comenzó a fraguarse hace ya muchos meses y que se consolida a lo largo de 2024, con diferentes puntos y acciones.
Cayetano J. Solana, alcalde de Villaescusa de Haro, es la persona que hace posible que este proyecto de The Labyrinth of Voices pueda tener lugar, un proyecto coordinado por Cantate Mundi Asociación Musical.
“El Atril” de Cantante Mundi es, como sabéis, un lugar donde mantener charlas y conversaciones con personas que nos resultan especialmente cercanas. La que ahora iniciamos con Cayetano Solana se mantiene con él porque, al margen de su labor municipal, es un amante de la música y de toda la cultura en general, y eso es algo que nos gusta encontrar en las personas, se dediquen a lo que se dediquen. Tiene, pues, un sitio de honor en El Atril.
El vínculo de los sueños
La relación entre Villaescusa, Cantate Mundi y The Labyrinth of Voices no es casual, ni tampoco reciente.
Cayetano Solana es un enamorado de su pueblo y un gran defensor de la vida rural, con sus ventajas y posibilidades, aunque no podemos olvidar cuántas dificultades implica. Cayetano cuida con sumo esmero especialmente las manifestaciones culturales, que no son pocas, que esconde Villaescusa. No es de extrañar que sus sueños de siempre flotaran en el aire…
Villaescusa es la localidad de origen de la familia política de quien estas líneas escribe y que es, a su vez, representante de la citada asociación musical, una asociación en la que, desde hace ya varios años, Miguel Angel García Cañamero colabora activamente.
Las casualidades de la vida guían muchas veces nuestros pasos sin que nosotros lo sepamos, y por ello hace muchos, muchísimos años, que el maestro Cañamero visitó Villaescusa, un pueblo cercano al lugar de origen de su propia familia, también en la provincia de Cuenca, y se enamoró ya para siempre de su renombrada Capilla de la Asunción. Y soñó…
Los sueños comenzaron a tejerse, parecía que todo iba llegando a un mismo destino, pero por distintas vías: una escapada de fin de semana, la necesidad de hacer música en lugares especiales, una conversación casual… y los sueños multiplicaron su fuerza de una forma exponencial y nos trajeron de la mano hasta el momento presente, ese que siempre es un regalo. A lo largo de estas líneas nos iremos acercando a ese tejido onírico con base en la Capilla de la Asunción.
Orígenes
– Cayetano, llevas al frente de la alcaldía de Villaescusa desde 2011, ¿verdad?
– Así es, son unos cuantos años ya.
– ¿Qué supone para ti vivir en Villaescusa, crear y ver crecer una familia en un entorno rural? Quizás lo más normal habría sido que hoy estuvieras instalado en Madrid, en Cuenca, en alguna gran ciudad, y sin embargo decides instalarte en tu pueblo.
– Eso quizás habría sido lo esperado, sí: crecer en el pueblo, a los 18 años marcharme a la universidad, primero Albacete, luego Ciudad Real, también Udine en Erasmus, y lo lógico habría sido iniciar una trayectoria profesional que hubiese desembocado en Madrid o en cualquier otra gran ciudad, pero es verdad que fueron mi inquietud y mis ganas de trabajar por el pueblo lo que me motivó a entrar en el Ayuntamiento.
Con el paso del tiempo, en 2016, quince años después de haberme ido del pueblo, Inma y yo decidimos instalarnos aquí, justo cuando nos íbamos a casar y a comenzar a crear nuestra propia familia. Es decir, fue una decisión totalmente consciente, una decisión elegida de forma voluntaria por nosotros dos y una forma de estar donde creemos que debemos –y queremos– estar. Hasta ahora no nos hemos arrepentido, ni mucho menos, sino todo lo contrario. Aquí hemos conseguido estar más cerca de la familia, una vida más de tribu, podríamos decir, puesto que la vida rural te permite estar más en contacto con los abuelos, con los padres, con los primos…
Y gracias, eso también tengo que decirlo, a que mi trabajo me permitía teletrabajar. En 2016 tuve la suerte de obtener la facilidad del teletrabajo en mi empresa, fui pionero, y eso nos ayudó mucho. Era una forma de compaginar el trabajo y nuestras preferencias vitales. Llevaba ya cinco años como alcalde cuando esto sucedió.
– ¿Cuándo eres consciente de que el patrimonio cultural de tu localidad natal es algo que merece la pena? Supongo que de niño uno está rodeado de espacios, monumentos sin más, sin darles mucha importancia, pero hay un momento en el que quizás seas consciente de la riqueza cultural que hay aquí.
– Creo que nadie puede crecer aislado de su entorno. El que crece en un terreno montañoso, se sentirá siempre atraído por la montaña, el que nace cerca del mar quizás tenga ese ímpetu de salir a navegar. Los que nacemos en un pueblo pequeño con un patrimonio histórico-artístico relevante, miremos o no miremos, terminamos cubiertos por una especie de impronta de cercanía al arte.
Sinceramente, pienso que los habitantes de Villaescusa han desarrollado una mayor sensibilidad al arte que la media, no quiero presumir, pero siento que esto es así.
Hay una figura que quiero destacar y que marcó a todos los que se acercaron al patrimonio, al arte y a la historia de Villaescusa en la segunda mitad del siglo XX, don Ángel Sevilla, un párroco que estuvo décadas aquí y que fue una figura fundamental por su labor de conservación y restauración de nuestro patrimonio.
Personalmente, no puedo hablar de una bombilla que se enciende de pronto y te hace valorar cosas que antes no habías valorado. Pero sí es cierto que desde niño tuve contacto directo con él, con don Ángel, pude ver cómo trabajaba en su taller de restauración, y eso hace que vaya creciendo esa inquietud cultural que te marca.
Recuerdo perfectamente, por ejemplo, estar limpiando la rejería de la Capilla de la Asunción con él, ver en 1993 ó 1994 cómo se construía el coro o asistir a la restauración del órgano barroco, uno de nuestros elementos patrimoniales fundamentales y que aquí, hablando de música, no podemos obviar.
Foto 2. Don Ángel Sevilla
Y luego también he de decir que se han ido sucediendo en el tiempo varios movimientos para ensalzar y recuperar nuestro patrimonio, todo coincide. Sin ir más lejos, el edificio en el que ahora mismo estamos, que era un edificio privado, está perfectamente restaurado, es una auténtica maravilla, pero todos recordamos que en él había trozos de cerámica en cualquier rincón. Poco a poco todo va cobrando sentido y consolidándose.
Nuestro Convento de Dominicos, por ejemplo, a mi parecer el ejemplo perfecto. Comencé a formar parte del Ayuntamiento en 2011, justo la semana en la que la primera máquina empezaba a hacer las catas arqueológicas en el convento abandonado.
Fotos 5 y 6. Ruinas del Convento de los Dominicos
Quien haya tenido la suerte de poder seguir de cerca esas obras de restauración, de ver cómo está ahora y compararlo con lo que eran las ruinas del convento, además de los muchos años de trabajo, podrá constatar la implicación muy directa que este proyecto ha conllevado por parte no sólo de la corporación municipal, sino también de los habitantes de Villaescusa para conseguir financiación y poder avanzar en los trabajos de restauración.
Por eso, y simplificando mucho, el entorno nos atrae, sí, pero también las circunstancias particulares, que en este caso han sido el deseo de recuperación de nuestro patrimonio: la Iglesia, la Casa Grande, el Convento de los Dominicos… todo ha colaborado.
– Debo tener alguna foto del convento antes de la restauración–, comento–. Recuerdo que todos los fines de semana que pasábamos en el pueblo, terminábamos yendo a “investigar” con los niños a las ruinas. Fantaseábamos con encontrar tesoros ocultos entre las piedras, en cualquier lugar, y a ellos les encantaba esa aventura.
– Yo me rompí una clavícula de niño escalando una tapia del Convento–, dice Cayetano.
– Hoy por hoy, Cayetano, ¿qué ofrece Villaescusa al visitante? Te hablo de un día cualquiera, un fin de semana normal, sin fiestas, sin celebraciones especiales.
– Te diría que para mí, y sin dudarlo, esos son los momentos más interesantes para hacer la visita a un pueblo de La Mancha conquense. Personalmente soy muy aficionado a viajar por zonas rurales de España y creo que no es necesario buscar una fecha determinada para acercarse a cualquier rincón.
Fotos 7 y 8.- El Convento de los Dominicos en la actualidad
En nuestro caso, Villaescusa siempre va a acoger con calidez al turista que quiera adentrarse en su historia, en su patrimonio y en su arte. Nuestra Iglesia, los dos conventos, el de Justinianas y el de Dominicos, este edificio noble y el resto de elementos que conforman nuestra riqueza patrimonial se han señalizado perfectamente en estos años para que el visitante pueda realizar una visita agradable y tranquila.
Y aparte del enfoque cultural que sin duda Villaescusa posee, hay que destacar la riqueza gastronómica de la zona, que también es muy importante. Hablamos de productos que son santo y seña de toda España, no sólo de nuestra comarca: queso manchego, vino manchego, aceite de oliva, pan (cada vez con menos panaderías como las que aquí tenemos), cordero manchego y el ajo con origen muy cerca de aquí, en Las Pedroñeras.
Unir la gastronomía al disfrute del patrimonio cultural otorga, sin duda, a la visita turística de un atractivo muy especial. Todo es cultura y, por lo tanto, enriquecimiento.
La naturaleza ocupa un lugar muy importante también, muy variada en nuestro enclave. Si miramos hacia el sur, vemos el horizonte de La Mancha, si miramos hacia el norte ya se van viendo otras zonas más escarpadas que anticipan lo que luego es la serranía más mesetaria. En Villaescusa tenemos el río Záncara, el Castillo de Haro elevado sobre un cerro, y cerca del castillo tenemos el Molino Blanco, un punto natural muy atractivo para quien quiera conocer algo más.
En definitiva, se pueden combinar diferentes experiencias de todo tipo para pasar un bonito e inolvidable fin de semana aquí.
– La cultura nos hace crecer como personas, podemos decir que nos hace libres, pero ¿qué supone la cultura en un entorno rural? ¿Se valora más que en una gran ciudad como Madrid, por ejemplo, donde hay mayor oferta cultural y quizás por eso a veces ni siquiera la apreciamos?
– Hay diferentes matices que se pueden comentar aquí. Por un lado, es cierto que Madrid es evidentemente el corazón de un gran movimiento cultural. Pero también es cierto que hay una democratización de la cultura. Hoy en día es muy fácil acceder a contenido cultural muy interesante gracias a las nuevas tecnologías, pero también hay que ser consciente de que es mucho más fácil realizar desplazamientos que en otras épocas de la historia. Por tanto, quien tiene esa inquietud, la puede canalizar.
Sin ir más lejos, y aprovechando que estamos en Cuenca, tenemos el ejemplo de la Semana de Música Religiosa de esa ciudad, lo tenemos muy cerca y es un ejemplo perfecto. Son unos conciertos de élite que merecen mucho la pena y que están al alcance de todos.
Por otro lado, y pensando en el pueblo en concreto, creo sinceramente que podemos destacar que en estos últimos años nos hemos centrado mucho en potenciar y acercar la cultura a nuestros ciudadanos. Esto lo podemos hacer así porque hay una sensibilidad especial y se acepta muy bien.
Cualquiera de las actividades y eventos culturales que hemos realizado durante estos últimos años ha tenido siempre una acogida buenísima. Podemos hablar de los cursos de verano que hemos realizado con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha para homenajear a Ramírez de Villaescusa, a Luis Astrana Marín o a la Orden de Predicadores que construyó el Convento de los Dominicos. Podemos hablar también de las mesas redondas que hemos hecho sobre escritores de Castilla-La Mancha, sobre El Quijote, sobre Astrana Marín, etc.
O las exposiciones que traemos al Convento de los Dominicos, muy variadas: desde exposiciones sobre el arte asiático de la Orden de los Dominicos o sobre temas más conocidos como Leonardo da Vinci o la antigua cultura de Egipto. A nuestra sala de exposiciones hemos llevado también exposiciones tan llamativas como la que hicimos para acercar la figura de Antonio Saura a Villaescusa, algo que en otras localidades sería totalmente impensable. O los múltiples conciertos que aquí tienen lugar o nuestra revista cultural “Terra Fari”.
Autoestima rural
Al final, puedo decir que es un compromiso, sobre todo personal. Quizás no necesitaría ser alcalde para hacerlo, pero creo firmemente que Villaescusa necesita este movimiento cultural por lo que yo llamo la “autoestima rural”.
Creo que muchos pueblos tienen esa falta de autoestima precisamente por vivir en un entorno rural, de forma que en ocasiones tienen un sentimiento de inferioridad en muchos aspectos y sienten, de algún modo, el agravio de vivir en el pueblo, por lo que muchas personas quieren salir de allí para terminar viviendo en otros lugares.
Y para poder trabajar esa autoestima en positivo, considero que acercar la cultura es un elemento fundamental, que las personas conozcan su pueblo, su historia, que conozcan de qué están rodeados y qué circunstancias nos han llevado al punto en el que estamos, pero sin que nadie se sienta agraviado, sino que aproveche las posibilidades que aquí se tienen. Se trata de intentar generar ese caldo de cultivo atractivo para que todos podamos disfrutar, también desde casa.
– Vamos a hablar ahora de Diego Ramírez de Villaescusa. En este lugar, precisamente en Villaescusa, se sabe que han nacido varios obispos, ¿once, doce?
– No hay unanimidad. Digamos que fueron doce.
– ¿Podemos decir entonces que “nuestro” Diego Ramírez es el más relevante de estos doce obispos? ¿Qué tiene este personaje, qué supone para ti y para Villaescusa?
– Existen incluso tesis doctorales sobre la figura de Diego Ramírez , por lo que difícilmente puedo yo aportar absolutamente nada, pero sí creo que de él se pueden destacar dos aspectos fundamentales y muy directos.
El primero es la importancia que este personaje tiene en lo que hoy, 500 años después, es Villaescusa de Haro. Prácticamente todo el patrimonio que tenemos en este pueblo procede de su época y lleva su sello. Tiene su sello, lógicamente, la Capilla de la Asunción que él mandó construir con fines funerarios para su familia, como tiene su sello lo que iba a ser la primera Universidad del sur de España que él manda construir en esa misma época. Y tiene su sello el Pósito, que él, generosamente, manda construir para que los campesinos de su pueblo guarden el grano.
De forma indirecta, también tiene su sello el Convento de los Dominicos, puesto que la licencia eclesiástica que autoriza la construcción de un convento de predicadores en tierra de la Orden de Santiago, la concede él mismo, siendo ya obispo de Cuenca. Queda claro, pues, que por su pueblo hizo todo lo que pudo. Y no fue poco.
Y no sólo en la estructura que vemos, sino también en la evolución personal de los personajes que aquí nacieron. Cuando se paraliza la construcción de la Universidad, Diego Ramírez decide quitarse esa espina personal mandando construir en Salamanca el Colegio Mayor Santiago Zebedeo, que siempre se llamó Colegio Mayor de Cuenca.
En aquel tiempo, un Colegio Mayor no era lo mismo que ahora entendemos, una residencia de estudiantes, sino que era el núcleo de la vida estudiantil y la catapulta hacia la élite de la época. Por eso mismo, él facilitó que personas de su familia fueran a estudiar a Salamanca, al Colegio Mayor, y de ahí que muchos de ellos, nacidos todos en Villaescusa, llegaran a ser nobles y obispos, gracias precisamente a esta lanzadera que supuso el Colegio Mayor.
Así que, tanto en las personas originarias de aquí como en nuestro urbanismo, su papel es clave, más allá de su relevancia a nivel nacional. De todo, hay una abundante bibliografía de la que podemos aprender mucho.
Hago aquí un inciso para añadir algunas cuestiones por las que hemos pasado, apenas de puntillas, en el texto. Como nos comenta Cayetano, Diego Ramírez manda construir, con sus propios fondos, y con el visto bueno de la reina católica, lo que pretende sea una Universidad y el edificio comienza a surgir.
No obstante, y por la cada vez más cercana influencia de Cisneros en las decisiones de la Corte, Isabel decide cancelar los permisos para esa universidad que desde entonces se conocería como la universidad no nata, y otorgarlos en favor de Cisneros y de la que sería la Universidad de Alcalá de Henares. Paralizada como universidad, ciertamente, pero el edificio sigue existiendo hoy, en concreto como alojamiento rural, tras haber pasado por diferentes dueños.
Tampoco hemos hablado de esa relevancia nacional a la que Cayetano hace referencia y lejos de pretensiones que no nos competen, sí creemos conveniente ubicar esta figura en el seno de una corte, la de los Reyes Católicos, y en especial bajo el manto de la propia reina Isabel, que hacen que Diego Ramírez sea uno de sus hombres de confianza, tanto que le otorga el papel de confesor de su hija Juana, y le encomienda acompañarla en el largo y complejo viaje a Flandes que la jovencísima princesa hace para contraer matrimonio con el heredero del Archiducado de Flandes, conocido como Felipe el Hermoso. La boda oficial de ambos se produjo en la iglesia de San Gumaro de Lier, de dimensiones catedralicias, el 21 de octubre de 1496, pero ante el que podríamos definir como flechazo de ambos, el uno por el otro, fue la propia Juana quien pidió que su unión se bendijera por parte de su Capellán Mayor, Diego Ramírez, en una misa celebrada en una pequeña iglesia el mismo día que ambos se conocieron, el 18 de octubre, de forma que la pasión con la que Felipe miraba a su prometida pudiera consumarse sin pecado y sin esperas. Volvemos a nuestra historia.
– Hace unos meses tuvo lugar, casi como de pasada, una conversación entre Miguel Ángel García Cañamero y tú en la Colegiata de Belmonte. Nosotros fuimos testigos. En los breves minutos que duró esa conversación, Miguel Ángel comenzó a contarte algo que era un sueño para él, algo que yo sabía de hacía tiempo ya, y tú escuchabas con los ojos muy abiertos, con gesto de sorpresa. De ahí surgió todo lo que luego ha venido después, de ahí surgió lo que hoy llamamos “Baculum & Mitram”. Dio la sensación de que, para ti, esa conversación fue la pieza del puzzle que faltaba. ¿Qué sentiste entonces?
– No se puede explicar mejor: faltaba una pieza y allí la tenía, delante de mí en ese momento. Recuerdo muy bien que un vecino de Villaescusa, Adolfo Martínez, que falleció hace ocho años, siempre me insistía en que había que representar de algún modo en la Capilla de la Asunción los Diálogos que Diego Ramírez de Villaescusa escribió a la muerte del Príncipe Juan. Él siempre insistía en esto y yo, desde mi inocencia, ni siquiera sabía a qué se refería, porque no podía ni imaginar siquiera que alguien nacido en Villaescusa hubiera sido el autor de esos famosos diálogos consolatorios (1) a los RR.CC. por el fallecimiento del que estaba destinado a ser su heredero, el Príncipe Juan.
Aquí hago otro inciso, breve, muy breve, lo justo para recuperarme y observar cómo se eriza mi piel cuando Cayetano cuenta esta pequeña historia que desconocía por completo. Miro a mi marido, sentado frente a nosotros, grabando, y cruzamos la mirada, lo que me da a entender que él desconocía este deseo de Adolfo Martínez, a quien apreciábamos sinceramente. Y el relato de Cayetano continúa.
– Él tenía esa inquietud, siempre soñó con esa representación, y de algún modo yo me convertí en heredero de ese compromiso que no había podido llevarse a cabo en vida de Adolfo. Lógicamente, me acerqué al texto y lo conocí muy de cerca. Los Diálogos a la muerte del Príncipe Juan, escritos por Diego Ramírez, son un texto muy interesante desde cualquier punto de vista desde el que uno se acerque a ellos. Tanto si es desde el punto de vista espiritual o religioso, como si se hace un acercamiento puramente histórico; es un texto de mucho interés. Ese acercamiento despertó en mí el deseo heredado de Adolfo, por lo que fue una auténtica suerte que Miguel Ángel apareciese ahí para cuadrar el círculo, no sólo por centrarse en nuestro personaje más relevante, Diego Ramírez
Foto 10.- Adolfo Martínez
y sus Diálogos, sino por incluirlo todo en un contexto musical de la época de los Reyes Católicos y del propio obispo Diego Ramírez.
– Baculum & Mitram. Es quizás lo que más de lleno entraría en el contenido de nuestra sección “El Atril”, pero no se puede hablar de este proyecto sin situar sus orígenes y su contexto, espacial, temporal e histórico.
Baculum & Mitram es mucho más que un concierto de música antigua. Ciertamente el contenido musical es el que modula todo el proyecto en sí, pero hay mucho más: un cortometraje que acabamos de estrenar, grabado entre Villaescusa y Madrid, un recorrido por la historia de España y la de Flandes, estudio de obras musicales e interpretación, charlas y conferencias históricas y musicales, turismo cultural, patrimonio, cultura en definitiva…
El concierto de The Labyrinth of Voices, dirigidos por Miguel Angel García Cañamero será la culminación de este proyecto, pero desde mucho antes, algo se cuece en el ambiente y desde el mes de abril vamos a ir viviendo un maravilloso recorrido, alguna de cuyas fases ya han tenido lugar. ¿Puedes recordarnos esas fases, Cayetano?
– Efectivamente, aunque muchas veces hablamos del concierto, a mí me gusta pensar que Baculum & Mitram es algo mucho más ambicioso. No sólo va a tener lugar un homenaje a Diego Ramírez a través de un concierto, sino que vamos a tocar otras artes en este recorrido, también varios medios audiovisuales o multimedia.
Por ejemplo, hemos estrenado y difundido ya un cortometraje que da otro empaque a todo el proyecto, un vídeo que merece mucho la pena disfrutar y apreciar en todo su contenido. La sección teatral de la representación de un fragmento de los Diálogos toca ya otra rama de las artes, el teatro.
Y por supuesto vamos a hablar de la Capilla de la Asunción, de arquitectura, de un arquitecto que trabajó en la catedral de Burgos o un artista que trabajó el retablo de Villaescusa igual quehizo en la catedral de Toledo.
La publicación de esta entrevista también forma parte del programa y del recorrido, lo mismo que la conferencia sobre música antigua que Miguel Ángel García Cañamero, como director del ensamble que realizará el concierto, impartirá en Madrid el próximo día 8 de junio, o la charla que impartirá en Villaescusa próximamente un experto en la biografía de Diego Ramírez, que ha consagrado su vida al estudio de este personaje tan nuestro. También incluimos la celebración del quinto centenario del Pósito.
Lo que buscamos conseguir es que las personas interesadas vayan acompañándonos en este proceso que culminará el 6 de julio, pero que camine a nuestro lado a lo largo de este recorrido que queremos hacer juntos y que compartamos música, cine, literatura, historia, arquitectura, esto garantiza el mayor disfrute, estamos muy seguros.
– ¿Qué les dirías a nuestros lectores para animarlos a vivir de primera mano este proyecto en el que tanto cariño hemos puesto?
– Creo que hoy en día estamos todos muy obsesionados con las metas, olvidando los caminos, y hay que disfrutar intensamente del trayecto. También con la historia, hay mucho interés por interpretarla, pero nos parece más interesante conocerla, aprenderla y entenderla, no juzgarla.
La certeza de que queríamos hacer este proyecto quedó sellada en aquella conversación de la que hablamos, pero tuvieron que pasar varios meses hasta que comenzamos a darle forma. Presupuestos, subvenciones, lluvia de ideas, imágenes, cifras, todo mezclado en una amalgama que pareciera no tener sentido alguno, pero que poco a poco fue asentándose y cobrando forma. Un gigantesco espectro que en pasos pequeños iba convirtiéndose en algo tangible y absolutamente apasionante.
– Para la celebración de este proyecto se produce la vinculación al mismo tanto del sector público como del privado, algo muy interesante y altamente gratificante. ¿Puedes comentarnos cómo se ha producido esta vinculación?
– Cuando Miguel Ángel me transmite su idea, mi miedo era el mismo que con otros proyectos que me han propuesto en todos estos años. Un pueblo de quinientos habitantes puede difícilmente aspirar a sacar adelante proyectos de gran envergadura y alto coste, eso es innegable y por ello hemos tenido que renunciar a muchos proyectos que me han propuesto en otras ocasiones.
Con Baculum & Mitram tuvimos claro que había que sacarlo adelante de una forma u otra, porque era muy importante para nosotros. Evidentemente, era imprescindible la implicación directa del Ayuntamiento como principal promotor, la de Cantate Mundi y, por supuesto, la del propio grupo The Labyrinth of Voices y personalmente de Miguel Angel.
Pero también hemos pedido la colaboración, no sólo económica, de otros organismos y entidades, asociaciones y empresas. Nuestras hermandades, la del Santo Cristo de la Expiración y la de la Virgen del Favor y Ayuda, por ejemplo, siempre colaboran con el Ayuntamiento para organizar conciertos. Algunas empresas del pueblo están también informadas y tienen intención de colaborar, como nosotros decimos, “apadrinando un músico”.
Desde el Ayuntamiento buscamos la financiación, pero también tenemos un inmenso cariño hacia este proyecto y estamos muy agradecidos a todos aquellos que van a participar y a poner en valor que se va a hacer un esfuerzo grande para poder conseguirlo.
Hace tres años, en Semana Santa, por ejemplo, hicimos un gran despliegue para celebrar aquí un concierto del Requiem de Fauré con un coro y orquesta venidos de Valencia. Cuando pedí ayuda, porque creía que la ocasión lo merecía, la gente se volcó. Es fundamental seguir manteniendo este apoyo, ser conscientes de que todo tiene un coste y si lo asumimos, podremos organizar más eventos.
He insistido varias veces en el esfuerzo económico que ha conllevado la restauración del convento de los Dominicos, coste asumido por el Ministerio de Cultura, la Diputación Provincial y el propio Ayuntamiento, y soy muy consciente de que en otros pueblos habría llevado a grandes críticas, al no entender que se priorizara un desembolso tan grande para recuperar un convento ruinoso. Sin embargo, aquí se ha entendido bien.
El dinero recaudado el año pasado, en la primera edición del evento “Patrimonio Maridado”, por ejemplo, se destinó a restaurar un cuadro del convento de justinianas que se traerá y presentará en breve. El objetivo es disfrutar, pero haciendo que algo quede, que se vea el resultado de organizar algo. Con los beneficios de esta segunda edición de “Patrimonio Maridado” aspiramos a poner en marcha la recuperación del mueble del retablo de la capilla dedicada a la Purísima Concepción, justo junto a la capilla de la Asunción.
– A mí me resulta muy curioso que tú personalmente te hagas cargo de las visitas guiadas, y me llama mucho la atención verte cobrando entradas en “Patrimonio Maridado”. Quizás al venir de una gran ciudad, donde todo está tan estamentado, te choca más, pero aquí hoy estás tomando una caña en el bar y mañana presidiendo el pleno del Ayuntamiento o haciendo una visita guiada. Quizás es ese sentir de todo más tribal, como decías antes.
– Cada cual aporta lo que puede y quiere, y en nuestro caso tenemos esa ilusión y creemos que con ella se consiguen frutos. Nuestro párroco, Fernando, por ejemplo, es ejemplo del respeto y mimo con el que cuida todo aquello que implica la iglesia. No es fácil que un párroco que se sabe transitorio se deje la piel para cuidar todo el patrimonio eclesiástico, incluso aquello que permanecía oculto a los ojos de casi todos; y Fernando así lo hace a diario con discreción y pasión.
Se me ocurre también mencionar aquí a Javier, gracias a quien tenemos un órgano vivo que suena todas las semanas. Si cada uno asume su papel, todo irá mejor. El gran problema de la despoblación es que nos faltan manos. Y nos tememos que con el paso del tiempo vayamos echando de menos cada vez a más gente colaboradora e implicada.
Tras el atril
Traigo un par de situaciones a esta sección especial, a este rinconcito de las emociones.
La primera es, sin duda, la famosa conversación que tuvo lugar en Belmonte. Desde Cantate Mundi pensamos en hacer in situ un pequeño ensayo en Villaescusa, una primera toma de contacto de los ministriles en la capilla, así que lo organizamos en un fin de semana de febrero, muy frío fin de semana. Pedí ayuda a Cayetano y él lo organizó con el párroco de Villaescusa, todo fueron facilidades y pudimos disfrutar enormemente de un ensayo en la Capilla de la Asunción, un par de cantantes y los cuatro ministriles. Cada vez que pienso en ese fin de semana lo recuerdo con un enorme cariño. Fue especial en lo personal y lo artístico, pero es que además fue increíblemente divertido.
Miguel Ángel conocía la Colegiata de Belmonte y los músicos querían tocar algo allí, así que Cayetano no sólo nos consiguió el permiso del párroco de Belmonte, sino que además nos acompañó personalmente. Fueron momentos mágicos.
Fotos 11 y 12.- Ensayo de The Labyrinth of Voices en la Colegiata de Belmonte (Cuenca)
La colegiata vacía, sólo ocupado por nosotros el coro, una partitura sobre el facistol y los instrumentos y las voces sonando y convirtiendo aquel momento en magia pura. Y magia fue la conversación posterior, la que dio lugar a todo, la mirada fascinada de Cayetano mientras Miguel Ángel hablaba. Cayetano podía habernos conseguido el permiso para que el grupo tocara y cantara allí y haberse quedado en casa y quizás la conversación no habría surgido. Hoy probablemente no estaríamos escribiendo esto. Pero fue. Y ese gesto de ilusión, de fascinación, me costará olvidarlo.
Hubo otro encuentro en Villaescusa, otro ensayo, y en esta ocasión se grabó también la parte dramatizada que luego iría en el cortometraje. Se preparó todo en la sacristía de la Capilla, las cámaras, el atrezzo, la luz, y Amanda Recacha dando vida a la reina Isabel, que conversaba con la muerte entre aquellas paredes.
Fotos 13 y 14.- Momentos de la grabación del documental "Baculum & Mitram" en Villaescusa
Cayetano estuvo ocupado con visitas turísticas todo el día y sólo pudo acompañarnos unos breves minutos durante la grabación de esas escenas tan impactantes. La emoción de sus ojos no mentía, y lo cierto es que me sorprendió, pero luego la entendí cuando comprendí que, en ese momento, Cayetano estaba, de algún modo, devolviendo el compromiso adquirido con Adolfo Martínez. Él y don Angel estarán siguiendo este proyecto de cerca, y estamos seguros de cuánto disfrutarán.
Música antigua, instrumentos autóctonos y de época, obras históricas y un exquisito conjunto de instrumentistas y cantantes que pondrán la música al servicio de la historia, del personaje y de sus grandes momentos vitales. Todo en un marco arquitectónico en el que merece mucho la pena recalar, porque el patrimonio cultural de Villaescusa es inmenso, como también lo es su gente, que estamos seguros disfrutará de estas actividades tanto como el visitante que acuda a Villaescusa en las fechas señaladas, a quien el villaescusero acogerá con la calidez que suele. Y lo digo por experiencia.
Visitad Villaescusa de Haro. Regresaréis, sin duda alguna.
Foto 15.- Algunos miembros de The Labyrinth of Voices en el Convento de los Dominicos
Mayo 2024
Texto: Elena González Correcher ®
Imágenes: 3, 5, 6, 7, 8 y 10, propiedad de Cayetano J. Solana; 1, 4, 9, 11, 12, 13, 14 y 15, propiedad de Elena González. Imagen 2, autor desconocido, pero de título evocador: "¿Cómo dar la luz si se tienen las manos llenas de luz?".
(1) Cuatro Diálogos que tratan sobre el infausto día en que muere el Príncipe don Juan, heredero de España, Diego Ramírez de Fuenleal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario